Lo que hace 10 años era solo un descampado dentro del colegio San Martín de Socabaya hoy es un bosque escolar con más de 200 árboles, canales de riego, paneles solares y un aula de ciencia al aire libre. El proyecto nació como una iniciativa de docentes, padres de familia y estudiantes, y hoy es un modelo nacional e internacional de innovación educativa.
El cambio empezó en 2015, cuando la profesora Sonia Amparo Gutiérrez Miranda, docente de Ciencia y Tecnología, detectó que muchos estudiantes aprendían mejor mediante el método cinestésico: hacer para aprender. “Teníamos que ponernos en ese lugar”, recuerda. Ese diagnóstico fue el punto de partida para transformar un botadero en un espacio pedagógico vivo.
Lo primero fue limpiar el terreno. Durante meses, padres, niños y profesores

Diario Correo

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