El ex Alto Representante de la UE para Política Exterior y de Seguridad y exministro de Exteriores critica el plan de Trump para Gaza como una solución "colonial" en la que EEUU crea su propio "protectorado" impuesto "por quien tiene la fuerza"

Josep Borrell dejó de ser Alto Representante de la UE para Política Exterior y de Seguridad hace justo un año. Fuera de las instituciones, la política se ve de otra manera y ya no está atado por las correas del lenguaje diplomático. “Ya no me represento más que a mí mismo”, dice. “Antes, muchas veces me tenían que decir 'oiga, eso usted no lo puede decir porque eso no es la posición de la Unión”.

Durante su mandato fue una de las voces más duras y disonantes de la Unión Europea con el genocidio en Gaza. Esa posición frente a Israel es la razón principal por la que el Estado palestino le ha entregado este martes la Gran Estrella de la Orden de Jerusalén, el segundo mayor reconocimiento de Palestina.

“Durante este año he tenido la suerte de poder hacer una actividad muy intensa de pedagogía. Creo que explicar a los ciudadanos cómo funciona la política forma parte de las obligaciones de los que hemos estado en un puesto de responsabilidad”. Además, ha ganado algo de tiempo para su ocio, pero eso también tiene un coste y la muleta con la que camina lo refleja. “Ahora tengo la rodilla hecha polvo después de hacer un poco de montaña, seguramente por falta de entrenamiento”, dice sonriendo.

Trump ha impuesto una solución que en mi opinión es un reflejo colonial porque lo que vamos a hacer ahora es un protectorado en Gaza

Se cumple algo más de un mes desde que entró en vigor el alto el fuego en Gaza. ¿Cuáles son sus conclusiones y qué futuro ve para el llamado plan de Trump?

Normalmente, la paz la hacen los que están en guerra, pero este es un acuerdo entre Trump y [Benjamín] Netanyahu sobre Palestina, sin los palestinos. Trump ha impuesto una solución pese a las reticencias de Netanyahu, a pesar de que es en una grandísima proporción lo que quería Israel. Trump es capaz de coger por las orejas a Netanyahu y decirle: 'Oye, tú has bombardeado Qatar sin mi permiso y ahora mismo vas a llamar al jefe de Qatar y le vas a pedir perdón'. No hay nadie en el mundo que pueda tratar así a Netanyahu salvo Trump ¿Por qué? Porque Netanyahu depende de Estados Unidos en todo lo que es la ayuda militar y económica.

Trump ha impuesto una solución que, en mi opinión, es un reflejo colonial porque lo que vamos a hacer ahora es un protectorado en Gaza.

Un plan que incluso ahora ha avalado el Consejo de Seguridad con su correspondiente junta internacional dirigida por Trump, las fuerzas internacionales...

Porque nadie tenía una solución mejor. Rusia y China se han abstenido porque no tienen una solución mejor. Esta solución está impuesta por quien tiene la fuerza. Los europeos no hemos pintado nada de nada. No hemos estado en ninguna reunión, en ninguna discusión y ahora pedimos, por favor, que nos dejen un asiento en la junta esta, llamémosle protectorado, porque eso es lo que es: un protectorado de un territorio por parte de Estados Unidos.

Desgraciadamente, no hemos pintado nada por nuestra absoluta división y porque las actitudes de una parte de los dirigentes europeos, con la excepción de España y un par más, son netamente proisraelíes. Cuando la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, dice que por fin el pueblo judío ha llegado a la tierra que se les prometió y han hecho florecer el desierto, es la definición más clara de un sionismo militante. Ese es el reconocimiento explícito de que esa tierra pertenece al pueblo judío y que, además, ellos han sido capaces de hacer florecer un desierto. Perdone, pero ese desierto no era un desierto, allí había gente, gente que fue expulsada a punta de cuchillo. Antes Haifa era un vergel y su producción agrícola era extraordinariamente buena en cantidad y en calidad. Ese mito que nos hemos inventado los occidentales de que había una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra es una falsedad como un camión.

Respecto a esa división que existe en la Unión Europea con Gaza, usted marcaba una voz discordante frente a muchos de los representantes europeos ¿Ha notado un giro en la UE desde su salida? La actual alta representante ya le dedicó unas palabras bastante duras, por ejemplo.

Sí, pero yo no voy a entrar en eso.

¿Pero ha notado un giro desde su marcha?

Probablemente. Creo que la tesis que representa Von der Leyen, que es una tesis absolutamente proisraelí y atlantista, como ha demostrado mil veces, se ha impuesto. Tiene además una mayoría de Estados detrás, no hablemos solo de la Comisión.

La Comisión y el Consejo se han negado hasta el mes de septiembre, cuando llegó el momento del debate del Estado de la Unión en el Parlamento Europeo, a tomar ninguna medida contra Israel. Yo llevé propuestas al Consejo que este no aceptó, pero la Comisión no tomó ninguna iniciativa y, cuando llega el momento de enfrentarse a los diputados, como supongo que pensaba que sería difícil hacerlo si no decía algo, pues propuso una serie de medidas. ¿Qué ha sido de esas medidas tres meses después? Nada. Absolutamente nada.

Esta solución está impuesta por quien tiene la fuerza. Los europeos no hemos pintado nada de nada. No hemos estado en ninguna reunión, en ninguna discusión y ahora pedimos, por favor, que nos dejen un asiento en la junta esta, llamémosle protectorado, porque eso es lo que es, es: un protectorado de un territorio por parte de Estados Unidos.

Fueron medidas criticadas por su suavidad, como las sanciones a dos ministros radicales que ya han sido sancionados por fieles aliados de Israel, como Reino Unido, y otros muchos países.

Y que además ya habían sido propuestas antes y no fueron aprobadas. Y tampoco lo han sido ahora. Las medidas comerciales eran ridículas porque el coste era de 220 millones al año. Naturalmente, la economía israelí no se va a preocupar mucho por 220 millones de euros al año, pero es que no pasó ni eso.

Alemania acaba de suspender el embargo parcial de armas a Israel. En el mundo occidental, los alemanes pueden presumir de haber sido los grandes campeones de los asesinatos en masa, porque es el país que ha cometido el mayor asesinato en masa de un pueblo. Después fueron los grandes campeones del arrepentimiento y la conmiseración por lo que habían hecho. Y ahora son los grandes campeones de mirar para el otro lado.

Parece que el deber de memoria que dicen tener es un deber muy selectivo. Eso que dicen de que no pase nunca más, está pasando. Pero como dicen que su apoyo a Israel es una cuestión de Estado... Ahora hay un grupo de gente en Alemania que empieza a cuestionar ese principio de cuestión de Estado porque dicen que no es constitucional.

Volviendo al Consejo de Seguridad de la ONU, ¿cómo interpreta su última resolución sobre el Sáhara en la que avala el plan de autonomía de Marruecos para la región? España ya estaba en esa posición.

España ha sido, junto con Francia, pionera en una actitud más cercana a las tesis de Marruecos. Mientras yo estaba en Bruselas, todavía se seguía esgrimiendo que lo que Europa pedía era que se ejerciera el derecho a autodeterminación del pueblo saharaui. Sin embargo, la opinión internacional ha ido evolucionando hacia el sentimiento de que la idea de la autonomía dentro de Marruecos es la solución más práctica. No quiero decir si hay otra solución o no, pero los hechos son tozudos. Si el Consejo de Seguridad dice eso es porque hay mucha gente que lo piensa.

Existe un debate sobre la interpretación de esa resolución del Consejo de Seguridad. ¿Cree que entierra el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui?

Nadie ha dicho que el pueblo saharaui ya no tiene derecho a la autodeterminación. Simplemente, han dicho lo que había dicho España antes, que la solución que les parece más adecuada es esta. Pero, claro, a quien se lo tiene que parecer es a los saharauis ¿Se lo van a preguntar? Parece que no. Hay que reconocer una gran habilidad a la diplomacia marroquí. Marruecos ha jugado muy bien sus cartas y tiene un ministro de Exteriores que es una persona muy competente e influyente y ha ido convenciendo a unos y a otros para que la aplicación de las resoluciones previas haya ido decayendo en su operatividad hasta la situación actual que expresa ese voto.