Hablar con las mascotas como si fueran personas es una conducta común que va más allá de una simple costumbre. Muchas personas les preguntan cómo están, les relatan su día o les piden que se comporten, aunque no reciban respuestas verbales. La psicología define esta práctica como antropomorfismo, que consiste en atribuir características humanas a seres no humanos.
Esta forma de comunicación no solo fortalece el vínculo afectivo entre humanos y animales, sino que también genera rutinas emocionales que aportan compañía y bienestar. Según expertos, hablarle a las mascotas es una estrategia emocional positiva que contribuye a mejorar la salud mental de las personas y la calidad de vida de los animales, quienes reciben atención y estímulos constantes.
El beneficio de esta interacción se extie

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