El uso masivo de redes sociales y aplicaciones de inteligencia artificial está transformando la manera en que procesamos la información y, según expertos, podría estar generando una especie de “atrofia mental”. No se trata de un daño físico en el cerebro, sino de un deterioro progresivo de habilidades como la concentración, el pensamiento crítico y la capacidad de análisis profundo.

Las plataformas digitales —desde TikTok hasta buscadores y asistentes basados en IA— están diseñadas para ofrecer respuestas rápidas, contenidos breves y estímulos constantes. Ese entorno favorece el consumo inmediato, pero desincentiva la reflexión prolongada y el esfuerzo intelectual. Cada vez más personas prefieren recibir información empaquetada y simplificada, en lugar de investigar, contrastar fuentes o

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