Vivimos en un mundo que cambia a una velocidad nunca antes experimentada, que presenta nuevas tecnologías, metodologías de enseñanza optimizadas, una sociedad interconectada, con competencias que evolucionan y exigen flexibilidad, adaptabilidad y formación constante para dar respuesta a las demandas actuales y futuras.

En medio de ese movimiento constante se encuentra la escuela, el lugar donde existe el encuentro, la identidad y el aprendizaje. Sin embargo, varias de las escuelas se parecen mucho a las de hace unos cuantos años, y surge la pregunta ¿estamos preparando a nuestros estudiantes para el mundo que viene o para el que ya quedó atrás?

Durante años se ha intentado adaptar parte del sistema educativo, pero en la actualidad el desafío es mayor, se trata de reflexionar y darse cuen

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