Bogotá amaneció en alerta después de Halloween. Los videos, las versiones encontradas y las vigilias estudiantiles volvieron a poner sobre la mesa un tema que la ciudad suele revisar solo cuando hay tragedias: la fragilidad de la seguridad nocturna, incluso en zonas consideradas seguras y rodeadas de universidades.

Esa noche del 30 de octubre, cientos de jóvenes se movieron entre fiestas y conciertos, muchos en Chapinero, una de las zonas más activas durante estas celebraciones. Entre ellos estaba Jaime Esteban Moreno , estudiante de la Universidad de los Andes. Su nombre se volvió noticia días después, cuando la ciudad descubrió que no regresó a su casa y que, horas más tarde, había muerto tras ser brutalmente agredido en la calle.

Desde entonces, la discusión no ha parado: ¿qué ocur

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