CNN —

Era el atardecer del sábado 25 de octubre, el cuarto día en que el equipo de vigilancia seguía a un sospechoso argelino, de 34 años, en Seine-Saint-Denis, a las afueras de París.

El trabajo había sido tenso y tedioso. Una zona diversa, Seine-Saint-Denis alberga a personas de más de 130 nacionalidades, muchas de ellas de origen norteafricano. Para el equipo de vigilancia —una unidad de la Prefectura de Policía de París conocida como la Brigada de Búsqueda e Intervención, o BRI— mezclarse entre los residentes de barrios muy cohesionados era un reto.

Ahora, el sospechoso iba por la autopista. El equipo no sabía hacia dónde se dirigía, pero por su ruta parecía que iba al aeropuerto Charles de Gaulle.

También llevaba una bolsa. Dentro podría tener perfectamente las joyas de la Coron

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