El calor, la exposición al sol y el contacto con el agua de mar o piscinas provocan una pérdida acelerada de humedad en la piel. Aunque beber agua es fundamental, no siempre es suficiente para mantenerla flexible, radiante y saludable . Durante el verano , la barrera cutánea se debilita y pierde su capacidad para retener agua, lo que puede resultar en una piel opaca, tirante y con líneas de expresión más marcadas .
La hidratación efectiva requiere un enfoque integral que va más allá de lo tópico. Según la doctora Dianara Tomé, especialista de Rennova, "Una piel deshidratada pierde elasticidad y se vuelve sensible. El sol acelera la degradación del colágeno, reduciendo la capacidad natural de la piel para mantener la humedad ".
Los 5 hábitos que tenés que sumar este verano
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