No hace mucho tiempo advertí a las autoridades de bienestar animal que algo no se estaba manejando correctamente.

El Centro de Bienestar recibía animalitos de la calle, pero no rescataba, no atendía denuncias, y además trataban a la gente con despotismo.

Yo misma acudí a poner una denuncia y fui tratada de esa manera: no recibieron mi denuncia, no hubo empatía, ni voluntad, ni interés.

Lo manifesté al Director de Ecología y también al Fiscal.

Pero no se hizo nada.

Mientras tanto, nosotros seguimos trabajando en lo que realmente importa:

la esterilización, las vacunas, la atención a accidentes y emergencias, la adopción responsable, las pláticas educativas, participar en eventos comunitarios, escribir mi libro y colaborar con el periódico.

Y entonces llegó el 4 de noviembre.

Ese día

See Full Page