Ciudad Juárez, Chih.- El hombre de Chiapas apenas había pisado tierra juarense cuando la violencia lo alcanzó. Lo interceptaron al salir del aeropuerto y, días después, fue rescatado con siete piezas dentales menos. Su historia, tan breve como brutal, revela la fragilidad con la que los migrantes llegan a una frontera que imaginan como un punto de paso, no como el inicio de otro infierno.

En Ciudad Juárez, pequeños grupos han hecho del secuestro una forma de vida que parece afianzarse en medio de la reducción de cruces hacia Estados Unidos, de acuerdo con las cifras difundidas por la Patrulla Fronteriza en los últimos meses.

La detención de dos presuntos responsables permitió saber que una mujer ecuatoriana también había sido retenida y que su familia pagó 18 mil dólares por su liberac

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