Francisco Franco, el dictador español coetáneo de Hitler y Mussolini, que dirigió nuestro país durante cuarenta años, falleció en la madrugada del 20 de noviembre de 1975 en un hospital madrileño, hace hoy exactamente medio siglo.

El país que dejó el general Franco a su muerte no era ya el de la inmediata posguerra, marcado para la mayoría de los españoles por el hambre, la represión y el aislamiento. Pero, pese a los progresos que habían permitido los acuerdos con EE.UU., rubricados con la visita del presidente Dwight Eisenhower a España en 1959, año en el que se aprobó el Plan de Estabilización, y pese a la llegada del turismo y una progresiva liberalización de costumbres, nuestro país distaba medio siglo atrás de ser políticamente homologable a los de la Eu­ropa occidental. De hecho, s

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