La historia del pueblo judío se remonta a más de tres mil años, con sus orígenes en la antigua tierra de Canaán, lo que hoy conocemos como Israel y partes de la región del Levante.

Alrededor del año 1000 a.C., bajo el reinado del rey David y su hijo Salomón, se estableció el Reino de Israel, un período de prosperidad cultural y religiosa centrado en Jerusalén y el Templo Sagrado.

Sin embargo, tras la división del reino en el 930 a.C., vinieron conquistas extranjeras: en el 586 a.C., los babilonios destruyeron el Primer Templo y exiliaron a gran parte de la población, marcando el inicio de la diáspora judía que dispersaría a este pueblo por el mundo.

Siglos después, en el año 70 d.C., los romanos arrasaron el Segundo Templo durante la Gran Revuelta Judía, lo que intensificó la dispersión

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