No hay quien se crea que Pedro Sánchez no se enteró de que a su alrededor la corrupción campaba por sus respetos. Algunos de sus mejores amigos, más los colegas del Peugeot con los que compartió días y días de campaña de primarias, más horas en el coche y reuniones con las asociaciones locales y provinciales del partido; compañeros con los que desayunaba, comía y cenaba, hablaban de política y también, seguro, de sus respectivas vidas… En ese tipo de campañas se habla de todo y de nada, se hacen confidencias sobre problemas y debilidades, se conoce cómo piensan unos y otros, cómo se expresan... ¿Y pretende Sánchez que compremos que no sabía nada?

Si es así, entonces tenemos un presidente que pasa por el mundo sin ver, oír ni hablar. Casi peor que la ignorancia, porque cualquier persona co

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