El hombre de la barba podría ser cualquier hombre. Lo habría sido para usted y para mí antes de que unas elecciones lo convirtieran en el alcalde de la ciudad más importante de EE UU . De hecho, espera su turno para comer cualquier cosa en un local cualquiera del Bronx neoyorquino. Por cualquier cosa, en estas circunstancias, nos referimos a un sándwich de huevo y queso. Observados desde la perspectiva actual, ni el hombre es cualquier hombre ni el sándwich es cualquier sándwich. Da la impresión de que la foto, obtenida a finales de octubre, hubiera ganado en decibelios.

—Sé que me estás viendo, sube el volumen.

Este hombre cualquiera es el hombre que va a congelar el precio de la vivienda en esa ciudad imposible, el hombre que va a subir los impuestos a los ricos, el que va a proporci

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