CINCUENTA años después, el fantasma de Franco seguía ahí. Y los españoles, encantados de podérselo tirar al otro a la cabeza. Esta curiosa circunstancias demuestra dos cosas: que las pasiones cainitas de los españoles siguen siendo una de las características que atraviesan la médula del país y que ha habido mucho interés en utilizar la historia como arma arrojadiza de la política. Llevamos ya muchos años con ello. Cada vez que un Gobierno en España, central o autonómico, ha legislado sobre lo que han dado en llamar la memoria histórica o la memoria democrática lo han hecho pensando en la política inmediata y desde un punto de vista puramente partidista. Aunque en todas partes cuecen habas, hay que admitir que José Luis Rodríguez Zapatero, primero, y Pedro Sánchez, ahora, han sido los que h
Franco: el fantasma todavía sigue ahí
Málaga Hoy2 hrs ago
32


New York Post
@MSNBC Video
Billboard
Raw Story
AlterNet
Wheeling Intelligencer
Essentiallysports Motorsports
Tribune Chronicle Community
People Crime