La decisión sobre el futuro de una empresa es uno de los momentos más trascendentes en la vida de cualquier empresario. Ya sea una venta, la entrada de un socio estratégico, una fusión con un competidor o un relevo generacional, estas operaciones implican mucho más que números: afectan a empleados, clientes, proveedores y al legado construido durante años.

Pese a la importancia de estas decisiones, la realidad del mercado español revela una situación preocupante: la inmensa mayoría de estas operaciones se afronta sin la preparación adecuada. Esta falta de planificación impide a los empresarios maximizar el valor de su compañía y aprovechar oportunidades estratégicas.

Un 78% de las operaciones se producen de manera reactiva. Es decir, sin que el propietario haya expresado una voluntad de

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