Después de años de estudios geológicos, ajustes técnicos y obras que empiezan a mostrar resultados, Vaca Muerta se encamina hacia un año de aceleración productiva y de consolidación exportadora. Incluso con un escenario internacional que mantiene la cautela, las proyecciones indican que la actividad tendrá un impulso difícil de comparar con ciclos anteriores.

Para el próximo año, los recursos no convencionales de la Cuenca Neuquina se perfilan como el eje central de un salto de inversión que vuelve a ubicar a Vaca Muerta en lo más alto del mapa energético regional. Las estimaciones más prudentes anticipan desembolsos por encima de los 10.000 millones de dólares solo en tareas de perforación y producción, mientras que los cálculos más optimistas estiran ese número hasta los 12.000 mi

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