La evolución humana no es un proceso terminado. Los cuerpos de las comunidades que habitan la meseta tibetana han evolucionado y se han adaptado durante más de 10.000 años para prosperar en ambientes con bajos niveles de oxígeno (hipoxia), una condición que resultaría en el conocido “mal de altura” para la mayoría de los humanos.

Esta adaptación representa un “hermoso ejemplo de cómo y por qué nuestra especie tiene tanta variación biológica” , según la antropóloga Cynthia Beall de la Universidad Case Western Reserve, quien ha estudiado la respuesta humana a la hipoxia durante años, publica ScienceAlert.

La clave: saturación de oxígeno y éxito reproductivo

La investigación, publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences ., se centró en descifrar los rasgos especí

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