Por Samantta Hernández Escobar

Belém, Brasil.— Bajo el calor húmedo de la Amazonia y el pulso político de la COP30, António Guterres lanzó este jueves uno de sus discursos más contundentes sobre la crisis climática. Desde Belém, ciudad anfitriona y símbolo de los puntos de inflexión que amenazan al planeta, el secretario general de la ONU llamó a los gobiernos a abandonar la inercia y negociar con “coraje, voluntad y flexibilidad” para mantener viva la meta de limitar el calentamiento global a 1.5°C.

“Estamos en el límite y el mundo está observando Belém”, advirtió Guterres ante la prensa internacional, recordando que quienes viven en las primeras líneas del colapso —comunidades indígenas, familias desplazadas por inundaciones, campesinos que pierden cosechas— ya no toleran excusas: e

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