Foto: Infobae

La Justicia en este caso utilizó un tiempo razonable para fallar, y además llegó con buenas noticias.

Lo hizo a tiempo para derramar justicia para el colectivo de niños y familias con Trastornos del Espectro Autista (TEA) que aún no reciben del sistema educativo -en la mayoría de las jurisdicciones del territorio nacional- la contención, el saber y el acompañamiento que merecen. Y muy lejos están de entender que las neurodiversidades en el proceso educativo suman y no restan.

En este contexto adverso para el colectivo TEA es que el caso del arquero de Independiente Rodrigo Rey, su esposa y sus dos hijos - Benicio y Renata- toma un estatus de caso paradigmático.

El futbolista de Indepediente y su esposa denunciaron en octubre del 2024 que el Instituto José Man

See Full Page