Con la llegada del frío y los días de lluvia interminables, muchos tutores de perros se enfrentan al mismo dilema: ¿cómo mantener a nuestros compañeros activos, contentos y equilibrados cuando el clima no invita precisamente a salir?

Las tardes de paseo por el parque se acortan, las horas de sol se reducen y, a menudo, tanto humanos como perros pasamos más tiempo bajo techo. Esa rutina más sedentaria puede afectar al ánimo y al comportamiento de nuestros animales, que necesitan estimulación física y mental para mantenerse en equilibrio.

Sin embargo, los días grises no tienen por qué ser sinónimo de aburrimiento. Hay muchas formas de convertir el salón en un pequeño gimnasio mental y emocional, lleno de juegos, retos y momentos compartidos. Con un poco de imaginación, las jornadas lluvios

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