A Inés.

A diferencia del Duce, ajusticiado y vilipendiado por una turba que poco antes lo había aclamado, o del Führer , quien se suicidó después de unas apresuradas nupcias en su bunker en llamas, acechado por el ejército rojo, Francisco Franco Bahamonde, Caudillo de España “por la gracia de Dios”, leyenda que figuraba en el reverso de todas las monedas y sellos postales de curso legal, reforzando la idea de que su autoridad, al igual que la de los monarcas absolutistas era de origen divino y no terrenal, murió en un hospital y no juzgado y cautivo por sus muchos y muy terribles crímenes.

El tirano se fue a escasas dos semanas de cumplir los 83 años, edad que, en esta época de aumento en la esperanza de vida no parece tan vetusta, pero que en aquel entonces parecía excesiva.

Tuvo una l

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