La psicosis es una suerte de tormenta por la cual no hay más remedio que navegar hasta que se calmen las aguas. Es algo más que un mero apuro. Es un viaje sin destino fijo con desagradables paradas obligatorias de las que se sale si hay una debida atención. Y explicarlo luego forma parte de la terapia. Esta es la premisa de L'ancre (El ancla), un film experimental dirigido por Jen Debauche, en el que se da forma y cuenta de los testimonios de tres personas que la padecieron. La película tiene una particularidad: es de los pocos ejercicios cinematográficos que aborda la psicosis huyendo de los géneros del thriller o del terror. Y lo hace con un único papel reservado. Lo asumió una estrella internacional, un lujo: Charlotte Rampling (Essex, Inglaterra, 1946).

L'ancre se ha proyectado es

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