El muchacho portugués de 21 años, cabello rizado abundante, todo engominado y rostro de adolescente rebelde, mal mirado, que debutó en los mundiales el 11 de junio de 2006, en Alemania, contra Angola, no vislumbraba que, con los años, se convertiría en uno de los futbolistas que más Copas del Mundo disputaría en la historia.

Menos lo hacía aquel argentino, 19 años, cabello lacio, tan largo que le llegaba a los hombros, de rostro tímido, que el 16 de junio del mismo año, en un partido contra Serbia, reemplazó a Maxi Rodríguez en un duelo que terminó 6-0 en favor del elenco suramericano. Ni Cristiano Ronaldo , ni Lionel Messi , sabían que, 20 años después de aquel primer partido en las Copas del Mundo, lograrán algo que nadie más ha conseguido desde que se tiene registro en

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