México está por dar un salto tecnológico que no había intentado en décadas: construir una supercomputadora nacional. Para lograrlo, la presidenta Claudia Sheinbaum firmó ayer un convenio con el Barcelona Supercomputing Center (BSC), que opera una de las computadoras más potentes del mundo, el MareNostrum 5, para desarrollar lo que el propio gobierno describe como la supercomputadora más grande de América Latina.

Una supercomputadora no es una computadora grande, sino miles de computadoras trabajando juntas como si fueran una sola. Hace en segundos lo que cualquier computadora tardaría semanas. Permite anticipar huracanes, modelar sequías, analizar millones de datos fiscales, estudiar enfermedades, interpretar imágenes satelitales del campo y entrenar inteligencia artificial a una escala q

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