Quien diga que el fútbol y política no tienen relación está equivocado. Por lo menos en lo relacionado con el Mundial que se jugará en América entre junio y julio del 2026. Varias veces Donald Trump, presidente de uno de los países sede, ha amenazado con cambiar las ciudades donde se jugará el torneo en su país.

También ha puesto en tela de juicio la participación de algunas selecciones nacionales por los problemas políticos que tiene la Casa Blanca con sus Gobiernos. En junio de este año, el mandatario estadounidense anunció que entró en vigor un veto para otorgarle visa a personas originarias de 12 países: Afganistán, Myanmar, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen.

Dos de esos países lograron cupo directo al Mundial. Irán

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