La recuperación del ritual previo al partido contrasta con la tensión acumulada a raíz del caso Nico Williams, que regresa a Barcelona tras su renovación por los rojiblancos hasta 2035

La celebración de la comida de directivas, ausente en los últimos enfrentamientos entre Barça y Athletic, devuelve un soplo de calma a la relación entre ambos clubes. Durante meses, ambas entidades han encadenado reproches públicos y decisiones que han alimentado un clima de desconfianza creciente: desde las protestas originadas por el Caso Negreira hasta la crispación por el caso Nico Williams, pasando por cánticos ofensivos y desencuentros institucionales que parecían haber roto definitivamente un vínculo históricamente respetuoso. En ese escenario, la reanudación del ritual protocolario previo al parti

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