La historia de Àlex Ginés comenzó a tomar un giro inesperado cuando, con apenas 23 años, decidió abandonar la cadena de trabajos que había acumulado en Barcelona.

Lo que para muchos podía representar estabilidad, para ella se había convertido en una sucesión de jornadas eternas que poco a poco fueron afectando su bienestar. Con el paso del tiempo, la falta de descanso y las responsabilidades superpuestas derivaron en señales claras de desgaste que ya no podía ignorar.

Àlex Ginés cambió una rutina laboral extenuante. | Foto: Captura de pantalla

Ginés había sostenido durante meses un ritmo que iniciaba cuando aún no amanecía y terminaba entrada la noche. Ese ciclo, repetido sin pausa, se transformó en un estado de agotamiento continuo que la llevó a replantear sus prioridades.

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