Por JOHN LEICESTER, SAMUEL PETREQUIN y WILLIAM JARRETT
PARÍS (AP) — La fecha era el 7 de mayo de 2017. Al dirigirse a sus seguidores que lo aclamaban, el recién elegido líder de Francia, Emmanuel Macron, hizo una promesa que ahora, en sus últimos 18 meses como presidente, yace en ruinas.
La rival que Macron derrotó ese día, Marine Le Pen, había asegurado 10.638.475 votos. No fueron suficientes para que la líder de extrema derecha ganara. Pero fueron demasiados para que Macron los ignorara, un punto de inflexión sin precedentes en las urnas para el partido Frente Nacional de Le Pen, una vez marginado, que ella heredó de su padre, quien negaba el Holocausto.
Mirando hacia un mar de banderas francesas, Macron reconoció la “ira” y la “angustia” que, según él, motivaron a los votantes de Le

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