La tarde en La Cartuja arrancó envuelta en un clima de ilusión. La gran noticia saltó incluso antes de que el balón echara a rodar: Isco renovaba con el Betis hasta 2028, sellando una continuidad que era prioridad absoluta para la dirección deportiva. El estadio vibraba con el anuncio, pero el fútbol, siempre imprevisible, no tardó en recordar que las celebraciones también pueden coexistir con los golpes.

A los 21 minutos, el Girona silenció al coliseo verdiblanco. Una combinación rápida entre Bryan y Ounahi abrió una brecha inesperada en la zaga, y Vanat, atento y frío, empujó la pelota a la red sin oposición. El ucraniano dedicó el tanto a Portu con un gesto emotivo hacia la grada visitante.

El mazazo obligó al Betis a reaccionar. Y lo hizo. Apenas cuatro minutos después, Cucho Hernánd

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