Se sabía de antemano que el tercer partido ante Inglaterra no iba a ser igual a los dos anteriores que jugaron en Argentina a mitad de año. Iba a ser un partido más disputado ya que los dos llegaban en un muy buen momento. Y eso se reflejó en los ochenta minutos de un partido parejo donde la diferencia estuvo en el aprovechamiento de las oportunidades, en la eficacia que tuvo Inglaterra y le faltó a Los Pumas para sellar el 27-23 final. El pragmatismo de Inglaterra pudo más que el corazón de Los Pumas.

Tras el kick off del tucumano Albornoz, las piezas se empezaron a mover como si fuera un partido de ajedrez, con mucho uso del pie como se preveía . En ese sentido el conjunto de Felipe Contepomi arrancó mejor, pero no logró asentarse en campo inglés producto de sus propios errores.

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