La artista, esencial de la generación 'beat', es homenajeada en la nueva edición del festival Poetas con la proyección del documental 'Outrider', que recorre su vida y su obra
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Desde escritora y editora hasta poeta, activista cultural y comprometida política, hay muchas palabras que pueden usarse para describir a Anne Waldman (Nueva Jersey, 1945). Sin embargo, solo una de ellas define a la perfección el legado que la artista estadounidense ha construido a través de su poesía: outrider. Se trata de un término que puede traducirse como “guía externo” y cuyo concepto sirve para definir un linaje de escritura experimental que se posiciona deliberadamente fuera de la corriente principal académica y comercial.
Mientras que outsider hace referencia a una persona, cosa o concepto que está al margen de la sociedad o de un grupo específico, Anne Waldman ha optado por darle la vuelta a la palabra con el uso de outrider, pretendiendo así dar voz a quienes siempre se han sentido apartados. El término es, además, el título del documental dirigido por Alystyre Julian y producido por Martin Scorsese que recorre la vida de la poeta y que se presenta en Madrid dentro del marco de los 20 años del ciclo Poetas. Por segunda vez consecutiva, La Casa Encendida de la capital acoge la nueva edición del festival poético interdisciplinar abierto a toda clase de artes y artistas, que este 2025 celebra el poder de la palabra y la creación a través del baile.
Nacida justo al final de la Segunda Guerra Mundial, la conciencia de Waldman siempre ha estado marcada por el conflicto global y la consiguiente ansiedad nuclear de la Guerra Fría, que la sentía de primera mano tanto en los simulacros de refugio antiaéreo en las escuelas públicas como en la experiencia de su padre, que sirvió en Alemania y regresó afectado por lo que hoy se denomina trastorno de estrés postraumático (PTSD). “Siempre tuve curiosidad por la guerra y por lo que les había sucedido a los artistas, a los modernistas”, cuenta la artista a elDiario.es.
“No sé si se podría llamar privilegio, pero no habíamos tenido ningún conflicto en nuestro territorio desde la Guerra Civil, que aún no ha terminado, como se puede ver con Trump, quien es muy racista”, declara Anne Waldman. Para ella, protestar estaba incorporado a su marco intelectual. Creció cuestionando la guerra y las políticas estadounidenses, un sentimiento amplificado por los movimientos por los derechos civiles y el pacifismo de los años 60, como el lema “Ban the Bomb”, que abogaba por la prohibición y eliminación de las armas nucleares.
La raíz de su filosofía outrider fue consecuencia de una necesidad ética y política heredada de la injusticia. El documental pone en perspectiva la importancia de la poesía no únicamente como arte, sino como herramienta para cambiar situaciones, solventar problemas y visibilizar lo que permanece oculto. “No puedes limitarte a ser un poeta mirándolo todo desde arriba. Así que, de alguna manera, incorporé eso en mi pensamiento más joven”, señala Waldman, que agrega que “la protesta estaba integrada en las ideas”.
“Mucha gente de los años 60 estaba muy comprometida, desde las canciones de Bob Dylan hasta el mundo folk”, explica la escritora estadounidense. La cinta de Alystyre Julian rechaza la imagen del artista aislado, siendo el arte algo que debe usarse en servicio de la comunidad y que no puede permitirse la distancia. No obstante, la poeta también es consciente de que “ahora trabajas más en la clandestinidad porque te pueden cancelar”, y no se refiere únicamente al linchamiento público: “Tengo amigos, artistas e intérpretes muy conocidos, que se han ido a Alemania y estaban en una lista en el aeropuerto”.
Sin embargo, la combinación entre arte y acción es, para Waldman, el propósito fundamental de su oficio. Aunque fue criada con una apreciación por lo clásico y lo convencional, se sumergió en la descentralización y protesta política del movimiento 'beat', un grupo de escritores estadounidenses de la década de 1950, surgido tras la Segunda Guerra Mundial, que se caracterizó por su rechazo a los valores convencionales y su espíritu de protesta. Asociada tanto con la generación 'beat' como con la Escuela de Nueva York, desarrolló lazos estrechos con figuras como Allen Ginsberg, William Burroughs y Patti Smith.
“Una amiga mía, cuya familia es judía, no puede decir la palabra 'Palestina' en su casa”, comenta la escritora para poner en valor la postura de Bruce Springsteen o Robert De Niro, quienes han utilizado el gran altavoz de su plataforma para cargar contra Donald Trump. “Son héroes y han hecho su trabajo”, indica la poeta. “Los artistas siempre encontrarán la manera. No puedes censurarte a ti mismo. Tenemos que volver a eso, donde simplemente seamos humanos antes de que la IA tome el control, porque a la IA no le importa de qué lado estés”, añade.
Anne Waldman, que fue testigo de cómo en los 60 las feministas luchaban por derechos que entonces eran inauditos como el matrimonio homosexual, teme el retroceso actual. “Todas estas cosas que damos por sentadas ahora están en juego”, declara. “Tengo una amiga trans que está de visita y está preocupada por su pasaporte porque Trump dice que hay que volver al pasaporte original con la identidad anterior. Incluso después de haber pasado por todo eso, y que tu vida por fin se haya alineado y sientas que estás en tu cuerpo. Es una lección de que hay que seguir trabajando para asegurar justicia y paridad”, lamenta.
Con respecto a que las jóvenes generaciones estén alineándose con pensamientos ultraderechistas, Waldman destaca que “parte de la propaganda gira en torno a la inmigración y la demonización de los inmigrantes”. “En mi propia familia, mi hijo y su pareja son mexicanos. Tienen una hija de cinco años de doble ciudadanía con Estados Unidos. Pero, para conseguir su pasaporte, Trump estaba al mando y, con la COVID, cerraron la embajada. Tuve que escribir a los congresistas de Colorado, que es donde nació y creció, y les dije: 'Tengo una nieta y no conseguimos su certificado de nacimiento después de seis meses'”, explica la artista.
“Imagínate que todo el mundo está en esa situación, y mucha gente lo está ahora”, apunta Waldman, que alude además a la “hostilidad hacia México” por un presidente que los llama “violadores sucios y peligrosos”. “Si eres joven y te crían en una zona alejada de las ciudades, donde tus padres son conservadores y mienten constantemente sobre una vida mejor si votas a esta persona, te sientes amenazado por quienes llegan y son racialmente diferentes, porque se supone que 'van a quitarle el trabajo a un estadounidense de pura cepa'”, dice la artista. “Es estúpido, pero, por suerte, hay suficientes jóvenes que se han integrado en nuestra cultura a través de la música, las artes y las exposiciones”, agrega.
El documental Outrider se sumerge en la biografía de una poeta que ha luchado activamente por los derechos de la mujer y la comunidad LGBT desde la década de los 60 porque considera que “el trabajo del poeta es ayudar al mundo a despertar”. Su libro Trickster Feminism (2018) es un marco teórico que busca subvertir sistemas que reprimen la “diferencia femenina”, un espíritu de rebelión que ha sido vital para su obra. Y afirma que lo seguirá siendo: “Hay gente negra en mi familia, lo cual no es inusual, pero te hace ganar una sensibilidad hacia las historias reales de otras personas, sus orígenes, sus tradiciones y de dónde vienen. Te hace querer ayudar a crear comunidades que tengan diversidad”.

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