Después de 11 meses cuidando de su madre en un hospital, el valenciano Guillermo Giner comprobó cómo la música mejoraba el estado de ánimo de la paciente. El fundador y patrono de Músicos por la Salud vio que tanto los enfermos como el personal sanitario se contagiaba de la alegría y la calma que producía la música y por ello hoy trabaja de manera incansable, de manera altruista, para acercar melodías a las camas de los hospitales y paliar, de esta manera, el hastío y la incomodidad que provoca un ingreso.

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