La reciente crisis cambiaria prelectoral se originó en la suma de tres diferentes episodios.
El primero, la prematura unificación del mercado de cambios, al concentrar en el mercado oficial la oferta exportadora pero también la demanda de dólares de personas, junto a una banda cambiaria con un piso irrelevante desaprovechando la oportunidad de acumular reservas en el segundo trimestre del año y explicitando la preferencia del gobierno por seguir usando al tipo de cambio como ancla nominal de las expectativas.
El segundo, la mala evaluación que hizo el equipo económico de los riesgos operativos de que el Banco Central abandone la administración de la liquidez. Error corregido de urgencia con aumento de encajes de corto plazo, y con la reconstrucción del esquema de pases con otro nombre.

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