Ferran Torres fue el elegido para completar el tridente ofensivo, como ya se podía sospechar. Su buena actuación contra el Athletic Club de Bilbao le dio un impulso para que Hans-Dieter Flick se decantara por él, y optara por dejar a Raphinha Dias y a Marcus Rashford en el banquillo. Una jugada que no pudo salir peor para los intereses del Barça, viendo la paupérrima actuación que completó el ‘7’, uno de los señalados por la contundente goleada encajada frente al Chelsea.

Estuvo totalmente desaparecido, y no fue capaz de generar peligro. Cada vez que entró en contacto con el balón se encargó de perder la posesión, y desperdició una oportunidad muy clara de gol, que podría haber cambiado el rumbo del partido. Porque tuvo una ocasión magnífica para adelantar al equipo en el marcador, con

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