El testimonio que estaría a punto de enviar a la cárcel al exministro de Hacienda Ricardo Bonilla fue presentado ante la Fiscalía y ante la Corte Suprema por María Alejandra Benavides, una joven a quien él le tendió la mano y la llevó para que trabajara como asesora.

“ Yo de plata no sabía, él era el que autorizaba todo ”, respondió Benavides cuando un magistrado de la Sala de Instrucción de Primera Instancia le pidió que explicara la ruta del dinero que llegó a la Unidad de Gestión y Prevención del Riesgo de Desastres y que luego terminó en manos de congresistas que, por la vía de los cupos indicativos, se hicieron hace dos años a contratos de obras públicas que todavía no están ejecutados.

Ese era la cuenta de cobro que había que pagar, según ella, para que los parlamentarios apoya

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