Nada complica tanto una relación como descubrir que la familia no aprueba a la nueva pareja . De pronto, las reuniones se llenan de silencios, miradas incómodas y opiniones que nadie pidió. Y surge la pregunta del millón: ¿cómo mantener la paz sin sacrificar lo que sientes?
La psicóloga Juliana Sequera explica que muchos problemas nacen porque “ las familias tienen una idea de cómo deberían ser las parejas de sus hijos, y cuando las expectativas no son cubiertas aparecen los conflictos ”. También influyen diferencias de pensamiento, estilos de vida y costumbres.
Ante los comentarios negativos, recomienda calma y recordar que la clave siempre será poner límites claros, pero sin confrontar . Escuchar, agradecer la preocupación y reafirmar que eres adulto y decides por ti mismo ay

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