Dos miembros de la Guardia Nacional de Virginia Occidental fueron baleados este miércoles en un ataque calificado por las autoridades como "selectivo". El incidente ocurrió cerca de la Casa Blanca, y el sospechoso, un ciudadano afgano, fue detenido tras abrir fuego. Los dos agentes se encuentran en estado crítico, y las autoridades inicialmente informaron erróneamente que habían fallecido.

El sospechoso, identificado como Rahmanullah Lakanwal, de 29 años, había servido junto a las tropas estadounidenses en Afganistán. Según informes, llegó a Estados Unidos en septiembre de 2021 tras haber colaborado con las Fuerzas Especiales estadounidenses durante diez años. Lakanwal disparó contra los soldados que patrullaban la zona antes de ser herido y hospitalizado.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, indicó que Lakanwal "era uno de los muchos que habían sido puestos en libertad condicional en masa en Estados Unidos sin haber sido investigados" bajo la Operación Aliados Bienvenida, un programa lanzado por el expresidente Joe Biden para reasentar a afganos vulnerables. Desde que los talibanes tomaron el poder, más de 190.000 afganos han sido reasentados en el país.

El presidente Donald Trump calificó el ataque como "un acto de maldad, un acto de odio y un acto de terrorismo", y pidió la expulsión de extranjeros que no amen a Estados Unidos. Jeffery Carroll, subjefe de la policía de Washington, describió el ataque como una emboscada, mientras que la alcaldesa Muriel Bowser lo calificó de "tiroteo dirigido".

El tiroteo ha generado una ola de rechazo y sorpresa entre funcionarios y ciudadanos de Washington. El senador republicano Rick Scott expresó que "la violencia contra nuestros hombres y mujeres uniformados es repugnante". Otros políticos también han condenado el ataque, pidiendo oraciones por las familias de los heridos.

El incidente ha llevado a la decisión de desplegar 500 militares adicionales en Washington, aumentando el número total de agentes de la Guardia Nacional en la ciudad a más de 2.500. El secretario de Guerra, Pete Hegseth, afirmó que esto fortalecerá la determinación de garantizar la seguridad en la capital.

El ataque se produce en un contexto de creciente preocupación por la seguridad en Washington, especialmente en la víspera del Día de Acción de Gracias. La estación de metro donde ocurrió el tiroteo, Farragut West, se encuentra a solo 500 metros de la Casa Blanca, un área que ha sido escenario de varios incidentes de seguridad a lo largo de los años. A pesar de las medidas de seguridad implementadas, la necesidad de vigilancia constante ante posibles amenazas sigue siendo un tema crítico.