Guadalajara, Jal.- Durante casi todo el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la relación entre la Universidad de Guadalajara y el Gobierno federal vivió un desgaste que trascendió lo administrativo: hubo señalamientos públicos, recortes presupuestales, críticas de opacidad y recriminaciones sobre el uso de la Feria Internacional del Libro como megáfono de la “ultraderecha conservadora”.

Para la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, uno de los emblemas culturales de la casa de estudios, y una de las ferias literarias más importantes del mundo, aquello fue un golpe que terminó afectando su interlocución con el Estado mexicano.

Este año, sin embargo, el ambiente cambió. La llegada del exrector de la UdeG, Ricardo Villanueva Lomelí a la subsecretaría de Educación Superior d

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