Hay una línea muy delgada, pero bien definida para los congresistas federales en Estados Unidos respecto a la crítica política, la democracia y la violación de la institucionalidad del país.

El margen puede parecer extremadamente pequeño y vinculante, y muchas veces difuso, pero la Constitución estadounidense enmarca de forma diáfana los llamados a una sublevación interna, en especial legisladores federales.

Por su parte, el cógido militar es bien estricto en ese sentido, al igual que los estatutos para miembros activos o no de los servicios de inteligencia y contrainteligencia de EEUU.

La Constitución de EEUU y sus leyes delimitan e imponen reglas institucionales cuya aplicación correcta impide el libertinaje, sin coartar la libertad expresión ni los derechos individuales de denunciar

See Full Page