Portugal hizo historia en Qatar. La selección lusa se proclamó campeona del Mundial Sub-17 por primera vez tras imponerse 1-0 a Austria en la final, un triunfo marcado por el talento de Anísio Cabral, la gran irrupción del torneo.

El delantero de 17 años , una de las joyas del filial del Benfica y proyecto inmediato para José Mourinho, fue determinante nuevamente. Su anotación en la primera mitad, validada por el VAR tras revisar un posible fuera de juego en el centro de Cunha Duarte, definió el duelo y confirmó su impacto durante toda la competición.

Cabral cerró el Mundial con siete goles, quedándose a solo uno del austríaco Johannes Moser, ganador de la Bota de Oro. Sin embargo, el título colectivo terminó del lado portugués, dejando al goleador centroeuropeo sin el trofeo que más

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