Si alguna vez entraste a tu edificio y sentiste que el palier está más frío que la calle, no sos el único.
En pleno invierno, el hall de entrada se convierte en una verdadera “heladera” , mientras que en verano se transforma en un oasis fresco . ¿Por qué pasa esto? La respuesta está en la ciencia y en cómo funcionan los materiales y el aire en estos espacios cerrados.
El efecto “heladera” en el hall de entrada
El palier suele estar construido con materiales como mármol, cerámica o piedra , que absorben y retienen el frío mucho más que otros ambientes. Además, estos espacios suelen tener poca ventilación y reciben poca luz solar directa , lo que hace que la temperatura baje aún más.
A diferencia de la calle, donde el sol puede calentar el asfalto o las veredas, en el

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