En plena Sierra de Guadarrama , en la provincia de Segovia , se alza un palacio barroco rodeado de montes que muchos consideran el Versalles español . Este enclave histórico, perfecto para una escapada desde Madrid , combina naturaleza, legado cortesano y un conjunto de jardines y monumentales fuentes que sorprenden tanto a visitantes nacionales como a residentes extranjeros interesados en nuevas propuestas de turismo cultural.

El Palacio Real de La Granja es uno de los ejemplos más destacados del diseño europeo del siglo XVIII en España . Encargado por Felipe V a partir de 1721 , el complejo fusiona influencias francesas e italianas en un elegante barroco rodeado de jardines geométricos y fuentes escultóricas que refuerzan su paralelismo con el palacio francés, aunque en una versión más íntima y adaptada al paisaje serrano .

Segovia, sede de este bonito palacio

El Real Sitio de San Ildefonso , municipio que acoge el palacio, se ha consolidado además como un destino de referencia para quienes planean una excursión en la provincia de Segovia . Su casco urbano, surgido al amparo de la corte borbónica, reúne tesoros como la Real Fábrica de Cristales , hoy convertida en Museo Tecnológico del Vidrio , una muestra excepcional de la arquitectura industrial del siglo XVIII donde se explican las técnicas tradicionales de soplado y producción del vidrio.

A esta herencia se suman templos como la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, Santa Isabel o la Real Colegiata de la Santísima Trinidad , ligada al palacio y transformada en mausoleo tras la muerte de Felipe V por iniciativa de su esposa.El recorrido puede ampliarse con una visita al Mercado de Abastos, ubicado en la plaza de los Dolores, o con un paseo hasta el antiguo Pozo de la Nieve, testimonio de los métodos históricos de conservación de alimentos.

Segovia

Para quienes organizan una visita al palacio y sus jardines, conviene recordar que el edificio abre de martes a domingo , de 10:00 a 18:00 horas , con acceso gratuito los miércoles y domingos por la tarde. Los jardines ajustan su horario según la temporada y conservan el sistema hidráulico del siglo XVIII que alimenta las fuentes monumentales, activadas en días señalados para ofrecer uno de los espectáculos de agua más singulares del país.