¿Hasta qué punto tener un empleo es un antídoto infalible ante la exclusión social? Esta es una de las preguntas que se formularon los autores del Informe Foessa, presentado esta mañana por Càritas en Barcelona. La mejora de los indicadores económicos en los últimos años en Catalunya no ha evitado la persistencia de una bolsa de trabajadores pobres, en concreto 1,4 millones de personas. Esto supone que el 38% de la población ocupada “se encuentra en una situación de precariedad laboral”, alerta Càritas. Pero si analizamos el colectivo de los menores de 30 años este porcentaje aumenta hasta el 65%.
Càritas indica que el 13% de los trabajadores que sufren precariedad tienen estudios universitarios, el 15,3% están en situación administrativa irregular, el 52% son hombres y el 48% mujeres. Un

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