Nancy , una mujer de Minster, Ohio, fue a un quiosco de autoservicio para comprar un boleto raspadito y terminó dentro del estudio de uno de los programas de lotería más populares del estado. Presionó un botón equivocado y descubrió que aquel error la acercó a un premio de 50.000 dólares . La anécdota comenzó a principios de noviembre y hoy forma parte de las historias llamativas que rodean al juego y a sus protagonistas.

Nancy quería comprar un ticket como cualquier otro. El tablero del quiosco le ofreció distintas opciones, pero sin querer apretó un botón y activó un boleto que la inscribió en Cash Explosion , el programa televisivo oficial de la Lotería de Ohio. La posibilidad de aparecer en pantalla solo estaba disponible para quienes accedían mediante esa modalidad, y ella que

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