César Santos*
La presencia de Rusia en Centroamérica, como en el resto de América Latina, descansa en un entramado de operaciones de influencia que trascienden la cooperación económica. Se trata de un esfuerzo sistemático por desplegar mecanismos de comunicación estratégica, cooptación de élites e incidencia en sectores sensibles. A través de estos, Moscú procura ampliar su margen de acción en el hemisferio occidental con recursos comparativamente limitados.
Dicha estrategia responde a una lógica de reciprocidad geopolítica frente a una región que el Kremlin percibe como la expansión de la OTAN en sus antiguos espacios de influencia. Es un gesto de contrapeso simbólico en lo que Rusia considera el “extranjero cercano” estadounidense.
Estas operaciones selectivas encuentran su princi

El Universo Estados unidos
El Diario NY Política
RT en Español
Associated Press Spanish
Clarín Estados Unidos
People Top Story