El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, mantuvieron una llamada telefónica la semana pasada para discutir la posibilidad de una reunión en territorio estadounidense. Según informó The New York Times, la conversación se llevó a cabo en un contexto de tensiones significativas entre ambos países.

Durante la charla, que también incluyó al secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, no se estableció una fecha concreta para el encuentro. Las fuentes consultadas indicaron que la llamada ocurrió días antes de que el Departamento de Estado designara al grupo conocido como el "Cártel de los Soles" como organización terrorista extranjera, un hecho que ha sido rechazado por el gobierno venezolano.

Trump ha manifestado en varias ocasiones su disposición a hablar con Maduro, incluso sugiriendo que podría ser una forma de "salvar muchas vidas". Sin embargo, esta apertura se produce en medio de un despliegue militar estadounidense en el Caribe, donde se han intensificado las operaciones contra el narcotráfico. En este contexto, Trump anunció que las Fuerzas Armadas comenzarían pronto a realizar operaciones terrestres contra narcotraficantes venezolanos, tras haber llevado a cabo ataques marítimos que resultaron en la destrucción de embarcaciones y la muerte de más de 80 personas.

Por su parte, Maduro ha denunciado la presencia de fuerzas extranjeras en la región, acusándolas de amenazar la paz en Venezuela y Sudamérica. En un acto reciente, el líder venezolano instó a sus fuerzas armadas a estar preparadas para defender la soberanía del país.

A pesar de la tensión, la llamada entre Trump y Maduro parece ser parte de un esfuerzo por mantener un canal de comunicación abierto. Sin embargo, hasta el momento, ni el gobierno estadounidense ni el venezolano han emitido comentarios oficiales sobre la conversación o la posibilidad de un encuentro futuro. La situación sigue siendo incierta, con un enfoque dual de presión militar y gestos diplomáticos en juego.