: el Real Madrid perdió el liderato de LaLiga en una tarde que volvió a poner en evidencia sus carencias futbolísticas. Era el tercer encuentro consecutivo sin victoria y el primero en el que la sensación de estancamiento se hizo tan evidente que incluso las voces externas, como la del periodista Tomás Roncero, resumieron el estado anímico del madridismo con una dureza pocas veces escuchada: “El Madrid es un equipo tan vulgar”, “sin pasión”, “sin fútbol”, “juega horrible”, “chavales salidos de gimnasio sin calidad”.
El tropiezo en Girona reforzó esa impresión. El Madrid sumó su tercer empate seguido y cedió el primer puesto a un . En Montilivi volvió a repetirse un patrón ya conocido: una actuación discreta, sin continuidad ni fluidez, marcada por una falta de movilidad que dejó al eq

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