La victoria contra el Alavés tuvo una interferencia inesperada. 7.500 aficionados no pudieron acceder a su localidad a la hora prevista a causa de una sucesión de calamidades no previstas por un sistema que depende demasiado de los intangibles digitales. Por suerte, el Barça ganó y Raphinha y Pedri volvieron para insuflar energía y orden al equipo. Si hubiera perdido, los problemas habrían adquirido proporciones monstruosas. Mundo Deportivo hablaba de indignación y de caos, de una ralentización del sistema y de un colapso de la aplicación. Son versiones actualizadas de las excusas que, desde hace décadas, los consumidores soportamos porque no nos queda otra alternativa.
La vicepresidenta institucional Elena Fort tuvo que salir a dar explicaciones. Subrayó que el club había reacciona

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