La plaza de los Mártires funcionó durante los 15 años de guerra civil libanesa (1975-1990) como frente entre los dos Beiruts: el este, controlado por las milicias falangistas; y el oeste, donde suníes, chiíes y palestinos se atrincheraban. Un acuerdo de paz y varios conflictos después, el lugar se ha convertido en una gran explanada de hormigón con vistas al puerto, donde permanece la estatua de los caídos en la guerra, acribillada por las balas de ambos bandos.

Este escenario, junto a la principal mezquita e iglesia de la capital, fue escogido por el Papa León XIV para celebrar un encuentro ecuménico con presencia de los principales líderes del extenso crisol religioso que posee el pequeño país levantino. A pesar de contar con menos de seis millones de habitantes, el país árabe cuenta co

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